miércoles, 13 de junio de 2012


Hola a tod@s.

Os damos la bienvenida al Taller Áloe Vera. Somos alumnos del IES Bovalar de Castellón. Al inicio de curso, Andrea Gómez (profesora del aula de Pedagogía Terapéutica) nos propuso realizar este Taller y aquí estamos para contároslo. Adelante, estáis invitados!

Después de averiguar y aprender características sobre esta planta originaria de África, perteneciente al género de las Liliáceas, nos dedicamos al cultivo tanto en interior, como en exterior. Iremos paso a paso para compartir nuestra experiencia con vosotros.

Para la realización de la parte teórica, hemos contado con el apoyo de alumnos que también asisten al aula de PT y que se dedicaron a investigar sobre:
  1. Características generales del Áloe Vera: a qué género pertenece, de dónde proviene, cómo es.
  2. Floración: cuándo florece, cómo es su flor.
  3. Cultivo exterior e interior: cuáles son las condiciones óptimas para su cultivo, procedimiento de plantación.
  4. Utilidades: usos medicinales y cosméticos.

Andrea nos explicó la información que nuestros compañeros habían obtenido. Pudimos comprobar como el Áloe tiene las hojas grandes, carnosas y armadas de espinas pequeñas en los márgenes, como es su interior (gelatinoso, pegajoso), como es su flor (diversos colores), como cicatriza después de hacerle un corte a la hoja,...


No podemos dejar de contaros la sensación que tuvimos cuando nos colocamos en la mano un trozo del interior que contiene la hoja del Áloe. Era frescor constante. Esta sensación nos facilitó el hecho de comprender que tenga tantos usos a nivel cosmético y medicinal.



A partir de aquí, empezamos la parte práctica del Taller:


1. Plantar Áloe Vera en maceta.
2. Plantar Áloe Vera en exterior.
3. Hacer crema de Áloe Vera.


Como os hemos dicho, la primera actividad fue plantar el Áloe en maceta. Para ello, nos procuramos todo el material necesario: estolones de áloe, macetero, substrato vegetal y pequeñas piedras.

La primera tarea fue colocar dos dedos de pequeñas piedras para procurar drenaje a la planta.




A continuación, pusimos el substrato vegetal y llenamos la maceta hasta dejar cuatro dedos aproximadamente hasta el borde. Como estaba muy compacto, fuimos deshaciéndolo para airearlo. Después, colocamos el áloe en el medio de la maceta y cubrimos lo que faltaba con substrato. Un aspecto que no podemos olvidar es que hay que cubrir la planta hasta el nacimiento de las hojas y que debemos hacer fuerza en el substrato para fijarla. Hay que esperar un par de semanas para empezar su riego. De esa manera, le damos tiempo a cicatrizar sus heridas durante el trasplante. Una vez plantado el áloe, sólo nos quedó buscarle el sitio ideal: un lugar soleado y cálido, donde tuviese mucha luz del Sol. En nuestro caso fue uno de los pasillos del Instituto. Tiene un gran ventanal y no sabéis como se agradece el Sol (aunque sea poco) que entra en invierno.

Una vez acabada esta tarea, tocaba plantar áloe en el exterior. Para ello, la maestra de Pedagogía Terapéutica solicitó una parcela a la profesora Águeda Nebot, responsable del PQPI de Jardinería de nuestro IES. Queremos aprovechar para darle las gracias desde nuestro blog por su colaboración: Gracias, Águeda!!!!

Os explicamos cómo lo hicimos, ¿vale?

Primero, seleccionamos el lugar donde plantar. Es una planta que requiere mucha luz, aunque es preferible que no esté expuesta de forma directa al Sol. Una vez elegido, con azada en mano, empezamos a mover la tierra. Después, echamos el substrato vegetal para que la tierra fuese más rica en nutrientes y la planta arraigara mejor.




De nuevo, nos pusimos azada en mano para mezclar tierra y substrato. Cuando la tierra estuvo en condiciones, colocamos el Áloe con mucho cuidado de no dañar la raíz y fuimos cubriéndola hasta el nacimiento de las hojas.



Al igual que en el proceso de plantación del Áloe Vera en el interior, hicimos fuerza en la tierra para que la planta se quedase fija.



Después pusimos piedras alrededor de la planta para que se supiese donde está plantada y de esa manera, evitar pisarla en un descuido. Así quedó la tarea realizada por uno de los dos grupos que se organizaron en clase. Parecemos “profesionales”, ¿verdad?



Y ya para acabar, os queremos explicar cómo hicimos la crema de Áloe Vera. El resultado final fue una crema muy hidratante.

En primer lugar, pusimos una hoja de periódico en la mesa para no mancharla. Una vez, nos dieron la hoja de Áloe, cortamos un trozo con mucho cuidado porque recordábamos perfectamente después de haberlo plantado tanto en exterior, como en interior que por los bordes hay espinas que pueden hacer daño. Como ya os hemos comentado, la hoja del Áloe es muy carnosa, por eso unas simples tijeras de clase son suficientes para cortar un trozo de tres dedos aproximadamente.




Con las mismas tijeras, cortamos las espinas de los laterales y nos dispusimos a abrirlo. Que sensación más extraña!!! En clase sólo se oían comentarios como: “¡Es muy pegajoso!”, “Que fresco está”, “Pegajoso pero suave”. Nos dimos cuenta que con los dedos de la mano, no podíamos coger el contenido, así que con una cuchara empezamos la “recolección” del gel. Son dos las cucharadas que pusimos en el mortero antes de empezar a machacarlo.







   
Después echamos 1 cucharada de aceite de romero (también puede ser de almendras) y 2 de glicerina. Ambos productos los conseguimos en la Farmacia. Después, nos volvimos a poner manos a la obra para que se mezclasen bien todos los ingredientes y con ayuda de un embudo, colocamos la composición dentro de una botellita.


    








Si queréis hacer este experimento, recordad que debéis guardar la mezcla en la nevera y que dura 15 días. Como se suele decir: “Esto es todo amigos!!!”. Esperamos que nuestra experiencia os pueda servir para guiaros en vuestro propio proceso de elaboración y disfrutéis de una buena crema hidratante de Áloe Vera. Con nuestra foto de grupo, nos despedimos hasta la próxima!!!!




Éric, Aleix, Laura, Noelia, David, Víctor y Andrea.
Taller Áloe Vera.
Aula de Pedagogía Terapéutica.
IES Bovalar.
Castellón.